Para la reconstrucción de la empalizada de la muralla defensiva que rodea el Poblado Cántabro, fue necesario un trabajo organizado entre todos los colaboradores siguiendo una serie de pasos: para empezar, con la azuela le cortamos la corteza a los tablones de madera que pasarían a formar parte del empalizado superior de la muralla. Después medimos las tablas de forma que se pudieran hacer tres filas de cuatro y conseguir una superficie uniforme encima de la construcción en piedra.
Con la colaboración, ayuda y supervisión de Ángel Ocejo........ este ha sido el resultado final de más de una semana de trabajo.