Tras dos meses de viaje, éste llega a
su fin, pronto comenzaremos otro, pero el objetivo será diferente.
Echemos la vista atrás, cuando empezamos a escribir este cuaderno de bitácora, hace ya dos meses, con aquella salida a Brañosera, donde pasamos días recogiendo escoba, cortándola, haciendo haces, transportándola y amontonándola para su posterior transporte hasta su destino definitivo: el Poblado de Cabezón de la sal.
Mucho esfuerzo invertido pero con la satisfacción de haber logrado las metas que nos propusimos desde el principio, que no era otro que evitar el deterioro de las cabañas de dicho Poblado.
El trabajo continuo de unos y otros, pero siempre con Ángel a la cabeza, enseñando y divirtiendo a todos. Él ha sido quien ha terminado esta ardua tarea, invirtiendo mucho tiempo, a pesar de las dificultades meteorológicas en retechar cada cabaña.
Pero al final los resultados son visibles. Por suerte, podemos decir que las cabañas del Poblado están preparadas para pasar otras primaveras como ésta.
Echemos la vista atrás, cuando empezamos a escribir este cuaderno de bitácora, hace ya dos meses, con aquella salida a Brañosera, donde pasamos días recogiendo escoba, cortándola, haciendo haces, transportándola y amontonándola para su posterior transporte hasta su destino definitivo: el Poblado de Cabezón de la sal.
Mucho esfuerzo invertido pero con la satisfacción de haber logrado las metas que nos propusimos desde el principio, que no era otro que evitar el deterioro de las cabañas de dicho Poblado.
El trabajo continuo de unos y otros, pero siempre con Ángel a la cabeza, enseñando y divirtiendo a todos. Él ha sido quien ha terminado esta ardua tarea, invirtiendo mucho tiempo, a pesar de las dificultades meteorológicas en retechar cada cabaña.
Pero al final los resultados son visibles. Por suerte, podemos decir que las cabañas del Poblado están preparadas para pasar otras primaveras como ésta.