Con el objetivo tanto de retechar las cabañas existentes, debido entre otras cosas a los desperfectos ocasionados por el paso del tiempo y la elección por parte de varios pájaros de construir sus nidos en los techos de las mismas, como de contruir de cero el techo de una nueva cabaña, el 20 de Mayo, tajamatos en mano, nuestro caudillo Ángel Ocejo y 8 personas más partieron rumbo a Brañosera (Norte de Palencia) para recoger escoba, material vegetal con el cual los antiguos cántabros cubrían los techos de sus cabañas.
La mañana se presentó fría, con un viento que jugueteaba a colarse entre los abrigos y ropajes de los allí presentes, esto hizo que el comienzo fuese más lento de lo deseado.
A pesar de contar con guantes para evitar heridas, el frío hacía que algo tan sencillo como coger unas tijeras o atar un nudo se volviera una tarea costosa debido a la poca sensibilidad que ofrecían las manos en esos momentos.
A medida que el día avanzó, con un clima más agradable, el ritmo de trabajo fue en aumento. Además, la buena situación de los grandes filones de escoba, en palabras de nuestro líder A.O., hizo que en poco tiempo un gran número de haces se apilaran cerca de la zona de recogida.
Como los objetivos se fueron cumpliendo, a pesar del irregular comienzo, se decidió alargar todo lo posible la mañana para así aprovechar el buen ritmo reinante.
Gracias a esto la tarde se presentó mucho más calmada, por ello se decidió dividir al grupo en dos: unos se quedarían con todos los haces recopilados para amarrarlos con más fuerza y evitar que se soltaran; y el resto continuaría buscando más filones próximos a la carretera.
En resumen, como primera toma de contacto con Brañosera el equipo se llevó una buena experiencia, el trabajo se realizó satisfactoriamente y la hora de regreso fue prudente. Ya veremos si tenemos tanta suerte en futuras expediciones...