Una vez distribuidas las tareas se pusieron manos a la obra,
durante horas no cejaron en su objetivo,
sin parar más que para recargar fuerzas.
Pero para entonces ya habían alcanzado la cifra de 60 haces.
Cortando, anudando,
transportando y amontonando a un ritmo
trepidante, batiendo el record anterior.
Pero subiendo cada vez más arriba para conseguir el mejor material
posible para los tejados de las cabañas del poblado. Según, el experto, Ángel Ocejo, hay que aprovechar la temporada
de primavera para coger la mayor cantidad posible porque con la llegada del
verano pierde calidad.
Cada vez más participantes en el innovador deporte del “farding” incluso las féminas se atrevieron a lanzar los pesados fardos.

Prometemos contaros pronto todo el proceso, mostrándoos paso a paso el trabajo que se realizará en la reparación.