¡Esto interesa!
El verano comenzó asustándonos con una climatología que hasta mediados de julio parecía que no fueramos a ver más el cielo, pero afortunadamente despejó, y terminamos disfrutando de la calidez del tiempo y ¡de los visitantes!
Fueron muchas las visitas de familias, grupos y parejas que se interesaron por el Poblado Cántabro, sin dejar de visitar el Calabozo, el Molino de Carrejo o el Museo del Traje. El Bosque de Secuoyas es cada vez más conocido y eso ha hecho que también tuviéramos la oportunidad de mostrárselo a gran número de personas.
Sólo en el Poblado se han contabilizado más de 3.500 visitas durante el verano. Es de destacar el gran interés que estos visitantes ponían sobre las nuevas dotaciones de réplicas de armas, alfarería u otros elementos utilizados por nuestros antepasados cántabros.
Pero, sin duda, ha habido una maravillosa acogida a los talleres para niños. Muchos han sido los que, viniendo a pasar unos días de vacaciones, han disfrutado haciendo cabañas de barro, telares, plastilina y/o marcapáginas que se llevaron a sus casas para recordarnos durante el invierno.