Como ya se remarca en post anteriores, esfuerzo e ilusión son las palabras que mejor definen la actitud de los compañeros del Taller de Empleo.
En este caso gracias al buen hacer de dos de ellos, Nando y Rosa, hemos conseguido dotar el Poblado con más utensilios y herramientas.
Nando se ha encargado de hacer la réplica de un molino giratorio de mano, útil que nuestros ancestros los cántabros utilizaban para sacar harina y poder hacer su pan.
Rosa nos delita con el "poder" de sus manos en el manejo del cuero, pues ella, ha manufacturado las corizas y los barajones que tenemos. Las corizas son el calzado de cuero por antonomasia de las gentes que habitaban Cantabria hace 2.500 años y los barajones son las raquetas para la nieve que utiilizaban en aquella misma época.